martes, 21 de julio de 2020

El Palacio de Versalles


Si vas a París, hay una visita que, te guste o no la historia , no te podes perder. Se trata del magnífico Palacio de Versalles.
Muchas ciudades europeas cuentan con increíbles palacios que te dejan sin palabras al visitarlos. Ya en otras entradas hablé de los palacios vieneses, por ejemplo.  Cuando uno los visita, es imposible no preguntarse para qué querrían tantas habitaciones, mesas tan largas, jardines tan inmensos, sobre todo en esta época, en que muchas personas viven en departamentos de menos de 50 metros cuadrados. Y es que, en el siglo XVIII, una de las formas más claras que tenía a realeza para demostrar su poder era con sus palacios . Y la verdad es que, pese a la magnificencia de los demás palacios europeos, el Palacio de Versalles es la vara con la que se miden todos ellos. 
Empecemos entonces. La localidad de Versalles se encuentra a 17 km al oeste de París. Fue la capital del reino de Francia durante gran parte de los siglos XVII y XVIII. Si resolves hacer la visita al Palacio por tu cuenta, hay variadas formas de llegar hasta allí desde París. La más comúnmente utilizada es tomar el tren RER C. Partiendo, por ejemplo, desde la estación Invalides del metro 8 hasta la estación Gare de Versailles Chateau Rive Gauche, son 11 paradas . Al bajar, deberás caminar por la Avenue de París que te deja en el Palacio. Otra forma de llegar desde París, siempre que decidas ir en transporte público, es tomar el Metro 1 hasta La Défense (última estación). Allí puedes tomar el tren U y bajarte en la estación Gare de Versailles Chantiers (son 6 paradas) Desde allí deberás caminar unos 1,6 km hasta encontrar la Avenue de París, que te deja en el Palacio. Finalmente, hay otra forma que  es en bus. Deberás ir en metro 9 hasta la estación Ponte de Sevrés (la última parada) y allí tomar el bus 171. Son 23 paradas hasta el Palacio. Pero no tenés de qué preocuparte ya que allí termina el recorrido. Lo bueno de esta última opción es que el bus te deja en la mismísima puerta del Palacio, y el recorrido, de unos 40 minutos, te permite conocer las afueras de París. Yo utilicé esta opción al regreso. Obvio !!!  Podes contratar una excursión ya armada también.
Apenas llegas al Palacio, te recibe una estatua ecuestre de Luis XIV, el Rey Sol. Y luego..... un portón que no se puede creer el trabajo que tiene !!!!. Tampoco se lo puede describir. Hay que verlo. Ni bien lo atraviesas, entras en el Patio de Honor. Allí, sobre tu izquierda,  se encuentran las boleterías. Primero, la entrada B que corresponde a los grupos y visitas guiadas. Luego, más adelante, la entrada A que corresponde a los visitantes particulares, es decir, sin guía. Y después.....sólo resta recorrer el Palacio, asombrarse y disfrutar. Hay otra opción que es comprar la entrada online. Es un poquitito mas cara pero te permite ingresar sin hacer colas. Eso puede ser de gran utilidad si vas en temporada alta. Si vas en invierno como yo hice, no hay colas.
Aconsejo que cada quien diagrame, antes de ir, su propio itinerario. Acá cuento el que yo realicé.
Sala de Guardias de la Reina
Una vez que obtuve las entradas, volví al patio y recorrí, primero, el ala a mi izquierda. Allí recorrí  salones como la sala de los Guardas de la Reina, la antecámara de  la Reina,, el salón de los Nobles, el Salón de la Paz, etc. Hermosos, claro, pero, hasta ese momento, no me parecían tan deslumbrantes. Así es que volví sobre mis pasos y regresé al Patio Real.e ingresé al ala enfrentada a la que ya había visitado. Y ahí si. A prepararse, porque cada sala es más deslumbrante que la anterior. Todos los salones decorados con elegancia, lujo y distinción. Predominio de colores bien combinados, y el dorado  siempre presente. Estatuas, cuadros, jarrones....todo digno de la realeza.  Debes mirar todo: techos, paredes, pisos, decorados.....todo increíble. A su vez, los ventanales muestran a cada paso diferentes vistas de los jardines. Realmente, no alcanzan dos ojos !!!!


Salón Apolo
Inicié el recorrido de esta ala  por el Salón de Hércules. Siguiendo el camino ya preestablecido, atravesé luego el Salón de la Abundancia, el Salón de Venus, el Salón de Diana, el Salón de Marte, el salón de Mercurio.......y entonces llegué al Salón de Apolo, también llamado Sala del Trono. Es lo más espectacular que había visto.....hasta ahí. En esa sala se encuentra el famoso retrato de Luis. De un rojo intenso y deslumbrante, es el salón más importante del Palacio. Luego, el salón de Guerra. Y entonces llegó la frutilla del postre. Lo que yo más ansiaba ver: La Galería de los Espejos. Tal como dice su nombre, es un larguísimo pasillo que abarca todo el ancho del Palacio. Todas las paredes y el techo de esta galería están cubiertas de espejos. Por supuesto, hay infinitas estatuas, arañas, adornos.....es lo mejor del Palacio  !!!!! Estar en la galería te transporta mentalmente al siglo XVIII y uno se atreve a imaginar cómo habrían sido las grandes fiestas de la nobleza en ese espacio tan lujoso e increíble. Tras eso, la Cámara del Rey y los Aposentos de la Reina, donde varios Luises nacieron y donde María Antonieta y Luis XVI estuvieron juntos. 
Galería de los Espejos
Galería de los Espejos











Como sabrán mis lectores asiduos, a mi me gusta mucho visitar Europa en invierno. Es cierto que los días son más cortos y más grises, sobre todo en París. Pero las ventajas de ir en invierno superan lo anteriormente dicho. Estando parada a escasos pasos de la cama de la Reina, escuché a una guía turística de habla inglesa decirle  a sus dos oyentes que éramos  privilegiados al poder  estar ahí, en los aposentos de la Reina, a pasos de la cama real y poder disfrutar sin cabezas de cientos de turistas que se te crucen delante, o grupos que te apuren y te impidan ver y sacar fotos. Y es cierto amigos ! No digo que el Palacio estaba vacío, pero había pocos visitantes, por lo que pude tomar infinitas fotos y quedarme el tiempo que quise en cada salón.


Cámara del Rey

Cámara de la Reina




Retrato de Luis XIV
Salón Apolo














































    Luego, los jardines. Quienes van al Palacio en verano, dicen que las flores por doquier son maravillosas. Yo no vi flores, aunque sí vi muchos arbolitos prolijamente cortados. Y, por supuesto, las fuentes y las esculturas que las rodean. Largas escalinatas descienden hacia los distintos puntos de los inmensos espacios cubiertos de plantas y fuentes de agua. Sentarse en ellas y contemplar todo en silencio, es espectacular. ¡Cómo no imaginar  la vida y las intrigas en ese afamado Palacio !. Pensar que el Rey Sol caminó por los lugares por los que yo estaba caminando  es algo que me cerraba la garganta. Una  emoción inmensa me invadió en todo momento y en todo el recorrido. Y encima....justo ese día, el sol brillaba increíblemente y el cielo estaba tan celeste como nunca antes lo había visto en París. La fortuna, sin dudas, estaba de mi lado.
Si debo ser sincera.....no me dí cuenta cuánto tiempo me llevó la visita. Hice un cálculo aproximado a partir de la hora que figura en el ticket de entrada al Palacio  y en el ticket de mi almuerzo. Fueron alrededor de cuatro horas de visita!!! Por supuesto,  antes de dejar el lugar, me di una vueltita por la tienda de recuerdos
     Se puede visitar el Palacio de martes a domingos de 9  a 18. y los jardines todos los días  de 8 a 20 :30
  









    Además de imágenes, te dejaré algunos planos y un videíto del Palacio. El video combina imágenes de dos visitas hechas en distintos momentos, por lo que en él  se ve, a veces, el día soleado, pero también la bruma tradicional del invierno parisino. Respecto de los planos,  en el sitio  los encontrarás en varios idiomas, pero quizás te sirva tenerlos de antemano para planificar mejor tu visita y recorrido.
    Visitar el Palacio de Versalles es un imperdible si estás en París. Quizás, si no te interesa mucho la historia o el arte, tu visita pueda ser más rápida que la mía. pero créeme,  no te vas a arrepentir !