miércoles, 8 de marzo de 2023

LA MARAVILLOSA BRUJAS

   


     Hacía bastante tiempo que deseaba conocer Bélgica, y sobre todo, una pequeña localidad al norte de ese país llamada Brujas. Tuve la suerte de  cumplir mi sueño por fin este año. Y la verdad es que debo confesar que  pocos lugares en el mundo (al menos en el mundo que yo conozco) me parecieron tan mágicos como Brujas. Pasear por Brujas no sólo es como transportase en el tiempo sino también como estar dentro de un cuento de hadas. Pequeña, colorida, con calles adoquinadas y canales maravillosos, Brujas me enamoró.

    Empezaré diciendo que el nombre de Brujas no hace referencia a esas mujeres vestidas de negro con una verruga en la cara y que vuelan en escoba.  En realidad, esta localidad ya estaba habitada desde antes del siglo IX en que aparece por primera vez su nombre, el cual  proviene seguramente del término germánico "brugj" que significa puente o embarcadero. Y si, tiene lógica.  Brujas, la actual capital de Flandes Occidental en el N.O. de Bélgica, fue un importante centro comercial, sobre todo de lana y productos exóticos como diamantes, durante la Edad Media.  En la actualidad, atrae por su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pues pese a varias reconstrucciones posee muchas estructuras originales.  Y la cantidad de canales y puentes que posee le dieron el nombre de "Venecia del Norte".

    Brujas se encuentra a 97 km de Bruselas y a tan sólo 52 km de Gante, la segunda ciudad en importancia de Bélgica (maravillosa también !). Desde Bruselas, un tren te conecta con Brujas y lo hace en  poco mas de una hora. Y desde Gante el tren sólo tarda 22 minutos. También puedes contratar una excursión. pero opino que se puede visitar y disfrutar mejor por tu cuenta.

    Llegué a Brujas apenas empezaba la tarde de un frío pero soleado día de invierno. No sé si fue la emoción o el sol, pero lo que menos sentí fue frio.  Bajé junto al centro de información turística, y desde allí empecé a recorrer su calle principal, la Steenstraat. Ahí nomás ya apareció la fabulosa Catedral de Brujas, con su impecable e imponente estilo gótico. Si bien no fue construida con el fin de ser Catedral, fue elevada a ese rango en el siglo XIX. Está dedicada a Cristo Salvador. Continué caminando por la calle principal sin dejar de maravillarme por lo que veía. Todas las casitas coloridas, finas y altas. Todas iguales pero también distintas. Me contó un amigo arquitecto que pertenecen al estilo flamenco, que se caracteriza por el uso de ladrillos, techos de tejas escalonados y mucha madera.  En su interior funcionan casas de comida rápida, chocolaterías, locales de primeras marcas de moda, venta de recuerdos y de encajes típicos del lugar, etc.  

Catedral de Brujas

Streenstraat



   

Steenstraat



Streenstraat
Steenstraat


Así es como, sin darme cuenta, en un segundo, llegué a la plaza Belfort.  Esta plaza, también conocida como la Plaza del Mercado, es algo así como el corazón del lugar. Allí se destaca un campanario de 83 metros de altura con 366 escalones (que no subí ) y 47 campanas que suenan de maravilla. 

Plaza Belfort

Plaza Belfort
Campanario


    Tras tomar millones de fotos, continué por un callejón llamado Breidelstraat y luego otro llamado Blinde Ezelstraat. Esos callejones me mostraron otra plaza, la Plaza Burg, en la que se encuentra el Ayuntamiento, una maravilla de la arquitectura. También pude ver la Basílica de la Santa Sangre, iglesia quizás más importante todavía que la Catedral (o al menos más famosa que ésta). Pero la frutilla del postre fue que, al final  de Blinde Ezelstraat, aparecieron los canales. Maravilla total !!!  Quedé tan maravillada con este lugar que, cuando quise acordar, se me hizo tarde para llegar al Lago del amor. Pero no importa !!! yo siempre dejo la puerta abierta para volver. Y a Brujas volveré sin ninguna duda.

Ayuntamiento en la Plaza Burg
Ayuntamiento en la Plaza Burg


Plaza Burg


Canales
Canales
Canales
Canales


    Pese a ser una localidad muy pequeña, Brujas cuenta con muchísimos restaurantes, alojamientos, museos, como el Museo del Chocolate, el Museo de Historia de Brujas, el Museo de las Papas Fritas ( en Bélgica todo se come con papas fritas), centros comerciales, teatros, galerías de arte y todo lo que una ciudad debe tener.




    Cuando cayó la noche, disfruté de una cena deliciosa en un hermoso restó ubicado frente al campanario.


    Brujas superó mis expectativas. Al irme, me quedé con la sensación de poco. Creo firmemente que vale la pena quedarse en este lugar dos o tres días.  Caminarla despacio, sin apuro, saboreando uno de los chocolates belgas (que son los mejores del mundo ) no tiene desperdicio. Vale la pena darse una vuelta por este lugar, al que volveré sin dudas !!!! Haceme caso. Conocé Brujas !!!