martes, 20 de junio de 2023

LA MÁGICA BRUSELAS

    


 Tenía muchas expectativas por conocer Bélgica. Luego de ver incontables imágenes de viajeros, me pareció que sería un destino increíble para visitar. Pero lo cierto es que resulta complicado , al menos en Argentina, conseguir paquetes que recorran este país en forma completa. Como mucho, se consiguen visitas a Brujas, Gante y Bruselas, y esto combinado con otros lugares cercanos en otros países. Había considerado bastante  la posibilidad de recorrer este pequeño país sola, por mi cuenta, pero finalmente resolví que, en esta ocasión ,  tomaría un tour, visitaría las tres ciudades antes mencionadas y luego armaría algo más completo para otra oportunidad.

     La visita a Bruselas es muy interesante, pero sin dudas recomiendo visitarla antes que a Brujas y a Gante. ¿El motivo? Clarísimo. Bruselas es una ciudad capital, con todo lo que ello implica: mucha gente, tránsito, basura, punguistas, etc. En cambio, las otras dos ciudades son dos perfectos paraísos, por lo que, si los visitas primero, no apreciarás Bruselas en todo su esplendor, y quizás te desilusione un poco. Pero, mirándola objetivamente y sin comparaciones, Bruselas es una muy bella ciudad, con edificios preciosos y una de las plazas más lindas de Europa.

    A Bruselas se llega fácilmente desde París y desde Ámsterdam en tren, el que  tarda 1 hora y media y 2 horas respectivamente.  En mi caso particular, llegué desde Ámsterdam en micro, por lo que aproveché a hacer una parada en el  ATOMIUM, ubicado al norte de la ciudad. . El mismo es una estructura que representa un átomo de cristal de hierro pero aumentado  165 mil millones de veces !! Tiene 102 metros de altura y está construido en acero. Cada esfera tiene 18 metros de diámetro. Como pasó con la Torre Eiffel en París, este monumento fue construido para una exposición hecha en Bruselas en 1958, y lo dejarían seis meses, pero terminó quedándose y hoy es un símbolo de la ciudad y un lugar muy visitado. El edificio que se encuentra frente al parque Heysel que es donde esta ubicado el Atomium, es el centro de Exposiciones donde se realizó aquel evento. Y al lado del Atomium se encuentra el Estadio de Heysel, mas conocido por un sangriento y lamentable hecho ocurrido en 1985 . Hacia fines de mayo de ese año se jugaba la final de la Copa de Europa (hoy Liga de campeones de la UEFA) entre el Liverpool y la Juventus. Los hinchas más radicalizados del equipo inglés protagonizaron un incidente contra los hinchas italianos, y estos enfrentamientos terminaron provocando una avalancha en la cual murieron 39 hinchas de fútbol  La avalancha también dejó alrededor de 600 heridos. El estadio fue remodelado y rebautizado 10 años después de la tragedia, llamándose hoy Estadio Rey Balduino, en honor al difunto monarca belga.

                                                 



    Continuamos camino hacia el centro de la ciudad, pasando por puentes, plazas y edificios bien bonitos, y pensé que se verían mas bonitos aún si el día hubiera estado soleado. Llegué así a  la Catedral de Bruselas, también llamada  catedral de San Miguel y Santa Gúdula. La misma es muy antigua. Se empezó a construir en el año 1226 pero no se terminó hasta el 1500 aproximadamente. Es, obviamente, de estilo gótico. La misma se encuentra cerca de la Estación central de Bruselas.






Catedral de Bruselas
    Y desde allí y sin perder tiempo me dirigí hacia el centro de la ciudad.  Antes de llegar a la Grand Place, entré a las famosas Galerías Reales, también llamadas Galerías de San Huberto. Una especie de calle techada con una bóveda de cristal, tan típicas también en Paris o Milán. En su interior se encuentra la primera casa de chocolates: Jean Neuhaus. Es muy interesante el origen de esta primera fábrica de chocolates belgas. El cuñado de Jean tenía una farmacia en el lugar, y se le ocurrió bañar los remedios con chocolate para mejorar su sabor.. Con el tiempo surgiría así un millonario negocio familiar, ya que la gente empezó a pedir chocolates en lugar de remedios, y la farmacia se convirtió en bombonería.  La verdad... son lo más delicioso que hay !!  Pero su precio es un tanto elevado, por lo que yo compré los chocolates marca Leónidas, que no tienen nada que envidiarle a los Neuhaus

    

                                                   






Desde Allí a la Grand Place sólo hay unos 100 metros a recorrer, atravesando angostos callejones llenos de antiguos edificios en los que funcionan restaurantes que ofrecen comidas de todos los países.  La Grand Place es la plaza central de Bruselas y es mundialmente conocida por los impactantes edificios que la rodean. La riqueza decorativa de los mismos son una maravilla. Allí están el Ayuntamiento, la Casa de los Gremios y la Casa del Rey.
 

    

    







    Luego recorrí la Rue de l'Etuve, llena de negocios de todo tipo,  y llegué hasta otro símbolo de la ciudad: el Manneken pis. Se trata de una estatuita de 65 cm de alto de un niño desnudo haciendo pis dentro de una fuente. Los Belgas ven representado en este pequeño su espíritu independiente. También, diseminadas por la ciudad, hay estatuillas de una niña y de un perrito haciendo pis, pero las mismas no son tan significativas como la del niño. De hecho, los habitantes de Bruselas protegieron la estatua durante  el asedio francés de 1695. Sobre este hecho queda una inscripción a los pies de la estatua : In petra exaltavit me, et nunc exaltavi caput meun super inimicos meos (el Señor me levantó sobre una roca, y ahora elevo mi cabeza sobre mis enemigos).  La estatua actual es una reproducción de la original, pues en 1960 la estatua original fue robada, y la prensa hizo tanto ruido que la misma cobró fama internacional y ayudó a que fuera recuperada y se la llevó al Museé de la ville de Bruselas. En algunas ocasiones especiales , como por ejemplo a finales de mayo,  la estatuita es vestida.

           


    Si bien  me quedaron algunas cosas por ver, como El Monte de las Artes, puedo decir que me fui muy satisfecha por haber conocido Bruselas. Es una ciudad muy cosmopolita, llena de personas de diversas nacionalidades. En sus calles se escuchan los más variados idiomas y se pueden degustar los platos más tradicionales de diversos países. Es un lugar encantador para recorrer y degustar sus deliciosos chocolates. Sin dudas volveré a Bruselas con más tiempo para seguir recorriendo sus bellas callecitas empedradas.