
En mi viaje a ciudades Imperiales, la última parada fue Viena Esta bellísima ciudad es la capital de Austria, y se encuentra a orillas del río Danubio. Con una larga historia por ser una de las capitales más antiguas de Europa y un bagaje cultural impresionante, Viena es una perla digna de disfrutar, dado que es la mayor ciudad y centro cultural del país. A su vez, es la segunda ciudad más poblada de Europa central (la primera es Berlín), y la décima en toda Unión Europea. Es famosa por su música, pero también por sus palacios. Actualmente, Viena es la primera ciudad en el ranking mundial de las ciudades con mejor calidad de vida. Esto se debe a la limpieza impecable , el orden , la seguridad, la eficiencia de los servicios públicos, la variada cantidad de opciones en cuanto a educación, cultura y entretenimiento, etc. Pero cabe aclarar que todo esto es posible gracias a la tarea del Estado, que lleva a cabo una política de integración de los habitantes menos pudientes de la ciudad, proporcionándoles viviendas en barrios populares, en los que habitan el 30% de los vieneses u otros habitantes de la ciudad, como así también el otorgamiento de planes sociales a los de menos recursos. Esto garantiza, según palabras de los propios vieneses,la inexistencia de pobladores en situación de calle y la reducción de la delincuencia a sólo algún que otro caso de raterismo. Claro, esto no serviría de nada si no estuviese acompañado de una cultura y educación adecuadas.

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Viviendas populares en Viena. Todos los complejos cuentan con viviendas de 1 dormitorio, cocina, baño, parque y piscina
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Salimos temprano en la mañana desde Budapest y llegamos a Viena a la media mañana. Almorzamos en un tenedor libre llamado Rosenberger ubicado en la peatonal céntrica de Maysedergasse. Se come muy rico allí, pero hay que tener en cuenta que Viena es una ciudad bastante cara, sobre todo en el centro. Luego del almuerzo, caminamos por la céntricas y turísticas calles hasta llegar al corazón de Viena: la Catedral de San Esteban. Es una iglesia bellísima, y tan grande que resulta muy complicado fotografiarla completa en una única imagen.
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Catedral de San Esteban |
En torno a la Catedral , cientos de puestos te ofrecen recuerdos y también hay bares y restó para todos los gustos. Y si de recuerdos se trata.......hay lo que quieras: imanes, billeteras, remeras, llaveros... pero no te podes ir de Viena sin probar sus "Mozart Kugeln" y llevarte algunas de regreso a casa. Literalmente, el nombre significa "las bolas de Mozart". Claro, me causó mucha gracia cuando me lo dijeron, pero luego entendí el motivo. Esta delicia consiste en unas bolitas de una riquísima pasta bañadas en chocolate. Y parece que eran la delicias preferidas del músico en cuestión ! De hecho, las compres sueltas, en cajita o en bolsas de celofán, siempre estarán envueltas en un papel dorado con la imagen de Mozart. Y ya que estamos hablando de cosas ricas....el strudel de manzana es imperdible!


Luego de esto, nos esperó una agotadora pero impactante tarde. Tomamos una visita doble. Primero, recorrimos la Opera de Viena. La verdad es que, si esperan que la describa...voy a defraudarlos. Es imposible describir con palabras lo que es ese lugar! De todas formas, lo intentaré en un post futuro. En este post sólo diré que te deja con la boca abierta. Les dejo algunas imágenes.








Y luego de esto.... bueno, vino lo que yo ansiaba mucho conocer. Recorrimos el Palacio de Invierno, el Palacio de Hofburg. ¿Y por qué mi interés? Pues porque allí se encuentra el Museo de Sissi Emperatriz, personaje que me cautivó desde siempre. En este caso, no podré poner fotos de su interior pues no está permitido tomar fotografía ni con ni sin flash. Pero sí diré que es una casi réplica del Palacio de Versalles. Es como que en esa época (siglos XVIII y XIX), las monarquías europeas competían para ver quién tenía el mejor y más grande Palacio, ya que esto era un claro símbolo de poder. Por supuesto, a este Palacio también me referiré en un futuro post.
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Palacio de Hofburg. Exterior
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Luego de esto, sólo quedaba lugar para una merienda en la plaza de la Catedral de San Esteban y un merecido descanso para reponer fuerzas. Como ya anuncié, Viena es una ciudad cara y por eso recomiendo encontrar un alojamiento alejado del centro de la ciudad. Los medios de transporte funcionan a la perfección y es muy fácil y rápido trasladarse. Además, Viena es tan bella y elegante en el centro de la ciudad como en la periferia.

El día siguiente fue tan maravilloso como el anterior. En principio dimos una recorrida muy extensa por el Ringstrasse. Se trata de una calle que rodea como un anillo (de ahí el nombre) la ciudad y en cuyo interior se encuentran los lugares más importantes de Viena: museos, Parlamento, teatros, la Ópera, etc.

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Vistas Ringstrasse |
Culminamos este recorrido en el magnifico Palacio de verano de Schonbrumn. Y bueno, no se puede creer lo que es ese lugar !! Por ejemplo, les cuento que la Emperatriz María Teresa, madre de María Antonieta, y la propia Maria Antonieta, desayunaban en un espacio ubicado a 1 km del palacio. Iban cada mañana a desayunar a caballo, y luego del desayuno, volvían al Palacio a caballo y con ese mismo caballo subían a sus aposentos. Imaginen entonces el tamaño de las escaleras !!! Los jardines llenos de laberintos, flores y fuentes. Esos laberintos tenían como función no sólo decorar sino permitirle a los habitantes del Palacio escabullirse y esconderse con sus amantes ......al menos eso dicen !
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Palacio de Schombrumn |
Como hacía mucho calor,luego del almuerzo recorrimos el Prater, que es el primer parque de diversiones de Europa. Caminamos por sus arbolados senderos, tomamos una deliciosa cerveza y descansamos en las frescas sombras del parque. De hecho Vienna significa " Región de bosques".
Y al día siguiente....las infaltables compras. Si bien, insisto, los valores en Viena son altos, alojarse en hoteles periféricos permite encontrar negocios destinados a las personas que viven en el lugar y que no compran cosas destinadas a los turistas a precios muy convenientes. A tres km del centro de la ciudad, encontramos tiendas super económicas, como así también lugares para comer a valores muy inferiores a los del centro.
Viena es sinónimo de glamour, elegancia, cultura, arte, belleza. Es una de las ciudades más impactantes que conocí. Tres días son suficientes para conocer lo más importante de Viena. No te la podes perder.
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